You purchase a headband for yourself or as a gift for someone else

We ship you your headband AND we ship another one to a children's hospital

You get your headband and so does a child with an illness!

Su cesta

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El hogar es donde está el corazón...

Lauren Athey, una de nuestras fabulosas representantes de Hope Campus, vino a casa durante un fin de semana para difundir esperanza en su antigua escuela secundaria. Aquí está su conmovedora historia:

"Recientemente viajé de regreso a mi ciudad natal para una emocionante noche de fútbol en la escuela secundaria East Lincoln High School en Denver, Carolina del Norte. Sin embargo, este fue un partido de fútbol muy especial para toda la ciudad. Era la 'Noche Rosa' para la concientización sobre el cáncer de mama y ellos Le di la bienvenida a Diademas de Esperanza con los brazos abiertos. Siendo una alumna de East Lincoln, quería crear conciencia en la comunidad de mi ciudad natal sobre el cáncer infantil y Diademas de Esperanza. Además, como ex porrista, pensé que conseguir que los equipos de porristas usaran el brillo rosa. Las bandas serían una gran oportunidad para difundir la esperanza.


La multitud estaba llena de rosa, apoyando al cáncer de mama y a sus compañeros Mustang. Antes del inicio, me dirigí al palco de prensa con mariposas en el estómago porque sabía que tenía que hablar delante de todo el estadio. Sin embargo, con muchas caras conocidas, hice el anuncio sobre quién era, qué estaba haciendo y de qué se trata Diademas de Esperanza. Posteriormente, nuestra mesa se volvió muy popular entre muchas personas de la comunidad interesadas en nuestra misión.

Las porristas brillaban mientras bailaban con sus bandas de brillo rosa. Una vez que llegó el entretiempo, regresé para hacer otro anuncio. Sin embargo, este fue diferente porque hablé a la multitud sobre el cáncer infantil con la esperanza de crear una conciencia tan necesaria.

Aunque esa noche se dedicó a ayudar a recaudar fondos para la investigación del cáncer de mama, después de mi discurso, la gente se tomó un tiempo para venir a nuestra mesa y permitirnos educarlos mejor sobre el cáncer infantil y lo que hacemos en Diademas de Esperanza. Realmente me conmovió la cantidad de apoyo que recibí de la comunidad.

Saber que las sencillas palabras que pronuncié conmovieron a otros y los influyeron para unirse a nuestra lucha contra el cáncer infantil me recordó que Diademas de Esperanza está marcando una verdadera diferencia. El cáncer es terrible, no importa de qué tipo.

En ese estadio de fútbol ese viernes por la noche, la atención no se centró en cuántos touchdowns se anotaron, sino en cómo la comunidad puede unirse como un todo y ayudar en la lucha contra el cáncer.

Un agradecimiento especial a la ciudad de Denver, Carolina del Norte, Diademas de Esperanza agradece todo su apoyo y gracias a sus compras, muchas niñas hermosas recibirán diademas. ¡Sigamos difundiendo esperanza juntos, una diadema a la vez!

- Amar,
   lauren

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