"Mi nombre es Amanda DeCarlo (en la foto a la izquierda) y actualmente tengo 24 años. Mi hermana, Michelle DeCarlo (en la foto a la derecha), murió de sarcoma de Ewing hace 3 años, el 19 de octubre de 2009, casi un mes después de cumplir 19 años.

Fue diagnosticada a la edad de 15 años (ya tenía 16) en mayo/junio de 2007. Yo acababa de terminar mi primer año de universidad. Le tomó un tiempo ser diagnosticada oficialmente porque el tumor comenzó en su rodilla izquierda y el dolor no apareció hasta después de una competencia de porristas, por lo que se pensó que era simplemente una lesión deportiva.

Una vez que finalmente fue diagnosticada, descubrimos que se trataba de metátesis local, por lo que en realidad había 3 tumores creciendo juntos en el fémur, la tibia y el peroné. El cáncer era agresivo y por tanto el tratamiento tenía que ser agresivo.

Perdió el cabello a las pocas semanas de tratamiento y pesaba menos de 100 libras. Estuvo libre de cáncer durante aproximadamente 6 meses hasta su tomografía computarizada de 7 meses cuando encontraron una lesión en su costilla. Entonces, a partir de ahí, se sometió a más radiación y quimioterapia, pero no funcionó. Finalmente llegó a sus pulmones y se sometió a una doble lobectomía justo antes de su fiesta de graduación.
Después de graduarnos, todos sabíamos que vendría porque los médicos dijeron que no podían hacer mucho más además de probar nuevos ensayos clínicos. Michelle optó por suspender el tratamiento y simplemente vivir el resto de su vida. Cuando se sentía lo suficientemente bien, siempre salía con sus amigos. Ella no dejó que nada la detuviera. Ella fue a Las Vegas con sus amigos al mismo tiempo que yo fui para celebrar mi cumpleaños número 21.

Aproximadamente una semana antes de su fallecimiento, llevaron a Michelle a Rainbow Hospice para que le colocaran una bomba para el dolor porque los medicamentos orales simplemente ya no funcionaban. Después de unos días para que se regularizara, se suponía que debía irse a casa pero durante la noche se quedó dormida. A la mañana siguiente todos estaban allí; amigos, familiares, enfermeras... Pero lo extraño es que después de su muerte y antes del funeral, fueron los días más fáciles, porque ya no tenía dolores .

Después de la muerte de mi hermana, sentí que necesitaba redención de alguna manera. Por eso decidí pasar de ser asistente médico a seguir la carrera de enfermería.

En 2010, decidí que me iba a afeitar la cabeza para ir a St. Baldrick. Mis esfuerzos recaudaron más de $7,000 y el equipo Michelle recaudó más de $10,000. ¡Me afeitaré la cabeza nuevamente en marzo de 2013 y espero recaudar aún más!

Cuando descubrí Diademas de Esperanza por primera vez, compré mi primera diadema inmediatamente. Me encanta que se done una diadema a una niña que perdió el cabello a causa del cáncer. Ojalá esto existiera para mi hermana . ¡Actualmente tengo alrededor de 7 diademas!

He visto lo difícil que es para una chica perder el cabello y creo que las diademas ayudan a que se sientan bonitas otra vez. Aunque la calvicie es hermosa, cualquier cosa que pueda ayudar a aumentar la confianza de una niña. ¡Llevo esperanza en memoria de mi hermosa hermana!